martes, 1 de marzo de 2011

Se acerca la Cuaresma: CONFESIÓN

Comenzamos marzo... Me voy a proponer escribir entradas nuevas casi todos los días, a ver si lo consigo, jeje.
Estamos a nueve días del comienzo de la Cuaresma.
En nueve días se nos dirá mientras nos ponen ceniza: "Recuerda que en polvo eres y en polvo te has de convertir".
La vida pasa. Tenemos que aprovecharla al máximo. Tenemos que vivirla al máximo.
Y lo más importante (que muchas veces olvidamos), tenemos que prepararnos bien.
- Porque llegará el día en que nos encontremos con el Amado. San Agustín dice que estamos hechos para Dios y que nuestro corazón está inquieto hasta descansar en Él.
- Porque nuestra vida es un camino de perfección. Vamos aprendiendo, vamos corrigiéndonos, vamos mejorando.
 
Pero nuestro fallos, errores, pecados permanecen. Para borrarlos Dios nos ha dado un arma valiosísima y que muchas veces despreciamos: La Confesión.
Vamos a repasar un poquito. Porque al menos a mí me hace falta volver a darme cuenta de lo que significa:

El SACRAMENTO de la CONFESIÓN, de la PENITENCIA, de la RECONCILIACIÓN, del PERDÓN,...

En el Sacramento de la Confesión quedan borrados por la Pasión de Cristo todos nuestros pecados.
Esa idea está en nuestra mente desde las catequesis de comunión. Pero deberíamos leer y releer esta frase varias veces para darnos cuenta de lo maravilloso que es este sacramento.
La verdad es que a mí me llena de alegría ver a un sacerdote con su estola morada en un confesionario. Es como un aviso de Dios diciendo: "¡Oye, que estoy aquí!".

Los pasos para una buena confesión son:
- Examen de Conciencia
Guiados por el Espíritu Santo, analizamos nuestra vida para ver que pecados hemos cometido de pensamiento, palabra, obra y omisión contra Dios, contra los demás y contra uno mismo.

- Dolor de los pecados
Tenemos que estar arrepentidos de lo que hemos hecho. Tiene que dolernos el haber ofendido a Dios y el castigo que merecemos.
 
- Propósito de enmienda
Tenemos que proponernos no volver a caer en lo mismo, poner de verdad los medios para no pecar.

- Decir los pecados al confesor
La parte más importante. Aunque sin las tres anteriores esta no serviría para nada.

- El sacerdote nos acoge en el nombre de Cristo.
- El sacerdote NO puede decir nada de lo que le contemos; debe de guardar el sigilo sacramental. Así que nuestras palabras quedan selladas por el sacramento. No puede hacer ni actuar usando algo que ha escuchado bajo confesión.
En este momento se produce la ABSOLUCIÓN.
"Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz. 
Y YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO."

- Cumplir la penitencia
Tras la confesión tenemos que hacer una pequeña reparación obligatoria por nuestros pecados, esto es la penitencia.


Además tenemos que tener en cuenta que por la confesión:
- Se nos devuelve la Gracia Santificante que hemos perdido al pecar gravemente.
Se nos devuelve la opción de la Vida Eterna.
- Se recibe fortaleza en las tentaciones para evitar tanto los pecados mortales, como los veniales.
- Se elimina el sentimiento de culpa por el pecado. Se nos da paz y serenidad de sabernos perdonados.
- Se nos reconcilia con la Iglesia, con el Cuerpo Místico de Cristo.

Podemos darnos cuenta de que este sacramento, al menos, nos hace mucha falta.
Así que, ahora que se acerca la Cuaresma qué mejor que comenzar este tiempo de preparación para la Pascua, para la Resurrección de Cristo con una CONFESIÓN GENERAL DE TODOS NUESTROS PECADOS.
Revisar toda nuestra vida, ponerla a la luz de Dios, descubrir todas esas grandes oscuridades y pequeñas penumbras de nuestro alma, para que Cristo las cure, las ilumine, las llene de gracia a rebosar.

¡Fijemos una fecha para confesarnos! =)


1 comentario:

  1. Formación Católica-Arte de Dios30 de agosto de 2015, 5:37

    Es bueno recordar la importancia del los sacramentos

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