domingo, 8 de mayo de 2011

Amor a la Eucaristía (I)

Ando hoy reflexionando sobre la Eucaristía.
 
Yo creo que la Eucaristía y la Penitencia son los sacramentos en los que más se demuestra el Amor de Dios a los hombres. 
Si en la Penitencia vemos la infinita misericordia de Dios, en la Eucaristía vemos su extrema humildad. 
La humillación de hacerse comida, pan y vino, alimento de pecadores. 
La soledad en la que está durante la noche en las que está sólo en el Sagrario.
El riesgo al que se expone, porque por muchas barreras que los cristianos pongamos, siempre hay un riesgo de sacrilegio. Del que comulga en pecado mortal, de los ladrones, de los inconscientes que no conocen el valor del Santísimo Sacramento...

Por eso, Dedicaré los próximos días a contar algunos testimonios sobre la Eucaristía. Los testimonios serán míos propios o algunos que circulan por Internet.

Comienzo contando dos experiencias... Las dos han sucedido en el mes de Mayo. Todos sabemos que en España este mes es el de las Primeras Comuniones. 
Dejo a un lado el tema del negocio y de la falta de amor a Jesucristo Eucaristía; algo paradójico cuando tendría que ser el mes en el que más se valorara la Eucaristía, viendo como lo reciben por primera vez los más pequeños. Trataremos otro día ese tema, ahora comienzo narrando, porque me voy entreteniendo y todavía no he contado nada.
 
1º Experiencia.
Contexto:
Mayo de 2010
Primeras Comuniones en mi Parroquia.
Tengo la suerte de acolitar en Misa frecuentemente. (Aunque yo diría que ya se me pasó la edad de monaguillo, todavía hago este servicio porque no hay nadie disponible para hacerlo. Todo un honor.)
Bien, pues cuando los fieles se dirigen a que el sacerdote les de la comunión, veo como una señora recibe la Sagrada Forma en la boca y dirigiéndose por el pasillo central de la Parroquia se saca un trozo y se lo da a su hijo pequeño, que lo coge con la mano y se lo come (a.D.g.).
Creo que me arrepentiré toda la vida de no haberme levantado y no haber parado a esa señora. 
2º Experiencia:
Contexto: 
Hoy mismo, 8 de Mayo del 2011
Primeras Comuniones en mi Parroquia.
El sacerdote les da la comunión a los niños bajo las dos especies (Se entiende con la especie del pan y la especie del vino). Uno de ellos no soportó el sabor del vino y vomitó la Sagrada Forma. 
Por supuesto, una catequista cogió la forma y después el sacerdote puso la Forma en agua, se disolvió y el agua se echó en una maceta. (Esto es lo que se debe de hacer en estos casos).
 
Hoy os invito a que valoremos este Amor, hermanos. ¡Dios ha querido quedarse con nosotros! ¡Nos Ama tanto que permite que le comamos para nuestro bien! ¡Nos Ama tanto que se arriesga a ser profanado, a que le traten como un vulgar trozo de pan!(Como lo trató aquella mujer)  ¡Nos ama tanto que se arriesga a ser vomitado y caer en el suelo! (Como le pasó accidentalmente a este niño).
Nos Ama y se queda ahí, aunque no le saludemos con genuflexión, no le adoremos, no hablemos con Él, no le  demos gracias por nada.... Porque se queda esperando a que abramos nuestro corazón y nos dejemos inundar por Él.


No hay comentarios:

Publicar un comentario