lunes, 18 de abril de 2011

Yo quiero ser un vaso nuevo....


Muchas veces, seguir lo que nos dicta nuestro egoísmo puede llevarnos a la perdición de nuestra vida.
Podemos amargarnos, entristecernos, sentirnos vacíos.
En cambio, dejando que Dios nos guíe, nuestra vida cambia.
¿Por qué? Pues porque Él nos hace poder amarle mejor, poder salir de nuestro egoísmo interior y prestar atención al hermano y poder cuidarnos de verdad a nosotros mismos.
Porque Él sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos. Él sabe más que nosotros. Dejémonos hacer, seamos "como el barro en las manos del alfarero". El Señor nos moldeará y nos llenará de su gracia.
Aprovechemos esta Semana Santa, aprovechemos el Santo Triduo Pascual para convertirnos, para dejarnos moldear, para hacer una buena confesión y que así podamos decir -como dice un buen sacerdote que conozco- "Esta fue la Semana Santa en la que me convertí al Señor. Está fue la Semana Santa en la que dejé que el Señor entrara en mi vida y la cambiara".

No hay comentarios:

Publicar un comentario